jueves, 1 de abril de 2010

Dark Pantone (El primer policial negro sudamericano publicitario nerd) Capítulo 5

Resumen de los capítulos anteriores:

Dark Pantone, detective afiliado a SUIPMPYA: Sindicato Único de Investigadores Privados del Mundo Publicitario y Afines, está buscando a Tiburcio Anselmi, Director de Arte Senior y epítome del talento creativo, quién no puede ser hallado en ninguna parte, ni siquiera en los salones de chat, donde no figura con ninguno de sus 18 nics habituales. Las declaraciones del Gordo Resetti, dueño de una cyber cueva, llevan a Dark hasta el sector de IT de una megamultitransnacional: Alimentos Arlequín.

Capítulo 5 en su entidad total e irrepetible:

Alimentos Arlequín: la joya de la corona, la reina madre, la princesa consorte, la emperatriz todopoderosa, la novia caprichosa, la femme fatale, la niña consentida, la sacerdotisa hermosa y cruel en cuyo altar se sacrifican las ideas de los publicitarios de todo el orbe.
Los números de Alimentos Arlequín podrían hacer llorar de emoción al economista tecnócrata más frío y ortodoxo de la escuela de Chicago: 1.599.728 empleados en todo el mundo, 757.589.456.345 trillones de dólares de facturación anual, 1ra. empresa productora de pan lactal esponjoso y mermelada de pera a nivel mundial, 1ra. productora de jugo de aguacate y panqueques predoblados en Eurasia y Mar del Norte, 2do. fabricante de galletitas enmantecadas en China y Oceanía, líder absoluto en pollo prensado y albóndigas de pescado en EEUU y Canadá… en definitiva, las góndolas de los supermercados de todo el planeta Tierra viven pobladas siempre con sus productos omnipresentes.
Alimentos Arlequín… la tabla de salvación de los bolseros de medios, la cuenta que con sólo nombrarla estampa la codicia y dibuja sonrisas lascivas en los ejecutivos de todas las agencias de publicidad del país.
Ahí estaba yo, frente al la sede central de Alimentos Arlequín: el edificio más inteligente de Buenos Aires, según el resultado de un concurso de IQ que se hizo entre edificios del centro y Puerto Madero. Incluso, resultó ser más inteligente que muchas de las personas que estaban adentro.
Sobre la entrada principal, la enorme figura de un Arlequín que saludaba sin parar, creación del genial ambientador Rocky Manteada, invitaba a ingresar en el poderoso mundo de la mega compañía, aunque mucha gente se lo confundía con la entrada de un garage.
Con un andar que intentaba ser despreocupado avancé hacia la recepción, donde un pequeño ejército de unas 40 recepcionistas vestidas como azafatas (pero sin las sonrisas, ni el café, ni los sándwiches en paquetitos, ni las mermeladas en miniatura) hacía sufrir a los que intentaban acceder a las entrañas del edificio. Tenía que encontrar la manera de llegar a Víctor Chipper.
- Buenos días -dijo la recepcionista, sin mirarme, mientras sellaba un sobre cuyo próximo destino era perderse para siempre en los vericuetos del correo interno.
- Buenos días, necesito ver urgente al señor Víctor Chipper, de Sistemas.
- ¿Tiene reunión?
- No, pero es una emergencia.
- Sin reunión es imposible, pero si quiere le puedo regalar unos segundos de ilusión haciendo de cuenta que le aviso y que me deja en espera hasta que me diga que no.
- Mire, señorita, es un asunto importantísimo, esencial para la empresa…
- Se me están yendo las ganas de regalarle los segundos de ilusión, también puedo ofrecerle un viaje hasta la puerta empujado por la gente de seguridad.
A nuestro alrededor los teléfonos no paraban de sonar. Los motoqueros, como guerreros agotados por mil batallas, entraban y salían, dejando o llevándose sobres que alguien, en alguna parte, estaría esperando al borde del colapso nervioso. Jugué mi última carta: el ancho de espadas. Después, me quedaban solamente dos cuatros, y los dos eran de copas.
- Escúcheme, vendo de Macrosoft System, hay una alerta mundial porque se acaba de distribuir el virus informático más peligroso del mundo: todas las líneas de producción se pararían, millones de toneladas de materia prima podrían perderse, los gerentes no podrían viajar a sus reuniones sin sentido porque los aviones no lograrían despegar, la gente se asfixiaría en sus boxes por falta de aire y los ascensores quedarían detenidos, con las personas atrapadas adentro. Si lo dejamos avanzar no habría hospitales, ni escuelas, ni policía, ni presentaciones en power point… es muy importante que hable con él.
La recepcionista me miraba, pensando si tenía que avisar o no.
- Y, sin duda, los teléfonos dejarían de funcionar -dije.
Un gesto de horror se dibujo en la cara demasiado maquillada de la joven.
- Ya mismo lo llamo -dijo, con un temblor evidente en su voz. Levantó el tubo y discó un interno de 24 dígitos.
- Hola, Sr. Chipper, acá está el señor... Durk Petrona de Mocresuf Sosten…
- Es Dark Pantone -dije, dándole la cédula -de Macrosoft System.
- Sí, Pantone Dark, de Systems… -dijo.
- Macrosoft.
- Magrosong… Sí, sí… eso… Sí, que es urgente, por un virus que podría destruir a la humanidad toda o algo así -dijo la chica, mientras un tipo de traje que estaba al lado mío se ponía pálido y se iba cayendo al suelo bañado en sudor frío.
- Ya lo atiende -dijo la chica, ingresando mis datos en el sistema. Me hizo mirar una webcam y después me dio una tarjeta magnética.
- Espere por allá -dijo, señalando una zona no muy definida donde se veía a proveedores de toda clase caminando como animales enjaulados, pero sedados y sin mucho manejo de la motricidad.
Cada tanto, desde más allá de los molinetes, bajando de los ascensores de puertas metálicas, venía alguien, estiraba una mano en un saludo estandarizado, y rescataba a alguno de los pobres desamparados que daban vueltas por el hall.
Uno de esos, que parecía hacer sido rendereado por el mismo programa que los demás, era el que me venía a buscar a mí: Víctor Chipper, la persona que me llevaría hasta el corazón de Alimentos Arlequín.


CONTINUARÁ...

1 comentario:

  1. Muy lindo todo... mis comentarios son en persona o por el cara de libro... esto es un reclamo a voz en cuello: CAPITULO 6 AHORA!!!

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