sábado, 16 de marzo de 2013

Dark Pantone (El primer policial negro sudamericano publicitario nerd) Capítulo Final


Resumen de los capítulos anteriores:

Dark Pantone, detective afiliado a SUIPMPYA: Sindicato Único de Investigadores Privados del Mundo Publicitario y Afines, descubre el plan macabro del megacreativo publicitario Silvio Silver para dar vida a un ser humano usando Photoshop. El experimento no sale según lo planeado y el humanoide comienza a huir, trepando por las entrañas del rascacielos de Parnasus&Parnasus, la agencia de publicidad más poderosa del orbe.
Capítulo 12 en su noción particular inherente y abarcativa:
A pesar de su aspecto blandengue y gelatinoso, el humanoide subía a toda velocidad, mientras Tiburcio y yo reptábamos como gusanos reumáticos por el interior del tirabuzón. Cubiertos de sudor y polvo llegamos hasta la cima. Encontramos a los creativos abrazados en un rincón, con sus rostros pálidos y ojerosos, dominados por un pánico aún mayor que aquel que debían enfrentar cada vez que le presentaban una idea a Silver. El humanoide les hablaba con su voz de magnetófono humedecido, mientras ellos escuchaban aterrados.
-       Lo importante es respetar a las mujeres y los niños. No crear mensajes engañosos. Ser considerado con las minorías. No avalar las mentiras de las corporaciones- sermoneaba con tono eclesiástico el indescriptible Hombre de Photoshop.
-       ¡Es mi sueño, un publicitario con ética! Creí que jamás iba a vivir para verlo- dijo Anselmi, con orgullo.
-       ¡Es verdad: no vivirás para verlo!- aulló Silver, surgiendo desde el ascensor, dispuesto a golpear a Tiburcio con un palo de golf. Cuando parecía que la crisma del anciano iba a quedar esparcida por la decoración estilo cuarto de adolescente adinerado y aburrido que algún decorador de tarifas siderales había elegido para el lugar, el humanoide estiró una mano y lanzó una bofetada que arrojó a Silver contra la pared, entre la expendedora de golosinas y el tiro al blanco. Como zombies dispuestos a comerse un cerebro, los creativos saltaron sobre él, con la fuerza de una venganza que lleva muchos años esperando. En ese momento, entraron varios guardias de seguridad. El humanoide lanzó una especie de señal de alarma al verlos y salió corriendo. Al verse acorralado, rompió un vidrio de la cúpula utilizando una suerte de martillo neumático retráctil que salió de su pecho y comenzó a correr por la pasarela suspendida en el aire que Silver usaba para inspirarse, contemplando la infinitud del horizonte cuando no se le ocurría absolutamente nada y no conseguía exprimir ni siquiera a algún junior que todavía conservaba algún resabio de imaginación. Un Silver que, por otro lado, pedía ayuda a los guardias de seguridad para que los creativos dejen de cachetearlo, pero no lograba demasiado entusiasmo por  parte de quienes debían salvarlo, que miraron para otro lado y salieron a perseguir al gelatinoso ser animatrónico. Tiburcio y yo salimos a toda velocidad tras ellos. El humanoide llegó al borde de la pasarela y nos miró con sus ojos de magma colorinche. Nuestras miradas se cruzaron. El tiempo pareció detenerse. Los guardias estaban a la expectativa. Tiburcio miraba asustado y embelesado como una madre ante la monería extrema de su hijo favorito e incontrolable. Silver seguía recibiendo bofetadas tanto de revés como de drive. Si acaso en aquel rostro gomoso y traslucido podía dibujarse una expresión humana, fue en ese momento que creí verla: una expresión de súplica, un pedido de ayuda desesperado, acompañado de un gemido idéntico al de un fax dando señal. Pero el viento soplaba a toda velocidad y el peligro era demasiado. Entonces, avancé hacia el humanoide e hice lo único que podía hacer…
Pero todo eso pasó hace ya algún tiempo. La carrera de Silver cayó en desgracia. Fue condenado a 27 años de prisión por secuestro, manipulación genética y estética indebida, manejo inescrupuloso de poder e hinchapelotez laboral extrema sin atenuantes. Logró salir en libertad y pudo cumplir su condena escribiendo publicidades e himnos laudatorios en rigurosos versos alejandrinos para organismos del Estado nacional y países miembros de la Unasur de por vida. Tiburcio volvió a la actividad con toda la gloria que le correspondía, e incluso un poco más: fue llamado a presidir el comité organizador del festival de Grummesslang, se casó con una escandinava de 23 años y jamás regresó al país. Kiki me dio una entrevista privada y no fue difícil entender por qué era tan querida en el ambiente. Víctor Chipper y los hermanos Gorritti tuvieron la peor condena posible: se dedicaron a reparación y mantenimiento de PC para poder sobrevivir. En cuando al humanoide, en fin, aquella tarde, en esa pasarela suspendida sobre la ciudad, cuando le presté mi sobretodo y lo saqué de allí, estaba convencido de estar metiéndome en un problema. Pero después de un tiempo, descubrí que era un gran compañero de trabajo: compatible con todos los sistemas operativos, con banda ancha satelital, alta velocidad de procesamiento, y un gran sentido del humor, que comencé a apreciar después que me acostumbré al carraspeo metálico de su voz artificial. Además, prepara un café excelente y logró hacer sonreír cuatro veces en los últimos meses a mi secretaria, que claramente prefiere interactuar con seres no humanos. Cuando surge un caso trabajamos como dupla, resolviendo de la manera más creativa y audaz las situaciones más difíciles, aún con los clásicos briefs incompletos o vacíos del todo que nos acercan nuestros clientes. Lo bauticé “Layer”, pero los más cercanos lo conocemos como “Lay”. Qué más puedo decir: creo que es el comienzo de una hermosa amistad.
FIN
KAPUT
THE END
SE FINÍ
WAR IS OVER
GAME OVER